¿Estás pensando en cambiar la disposición del baño de casa? ¿No sabes si dejar la bañera o cambiar a plato de ducha? ¡No te preocupes! Desde el Hotel Sevilla GreenSuites queremos despejar tus dudas con este análisis de pros y contras de cada uno de estos elementos de aseo. Sigue leyendo para conocer todos los detalles.
Una adaptación a las necesidades
Seguro que cuando nos hemos planteado llevar a cabo una reforma en el baño de casa, siempre ha surgido el mismo dilema: ¿Elegimos bañera o ducha? En algunas ocasiones la decisión está clara y es por disponibilidad de espacio en el baño cuando se opta por el plato de ducha. Sin embargo, cuando el aseo es relativamente grande para albergar una bañera estándar o una ducha amplia, o incluso ambas, conviene analizar los pros y los contras de ambas opciones de aseo. En este caso, es conveniente apelar al sentido común teniendo en cuenta las necesidades de los miembros de la casa, las funcionalidades de cada sistema, así como el gasto derivado de agua.
Hay una evidencia obvia y es que conforme pasan los años nuestras circunstancias personales cambian y, por ende, nuestras necesidades prácticas y cotidianas de aseo también lo hacen. Todo ello se ve aún más agravado si tenemos pequeños o mayores en casa. En este sentido, durante los primeros años del cuidado de un bebé la bañera se convierte casi en imprescindible, mientras que con la atención de una persona mayor el plato de ducha con asiento incorporado sería la alternativa más adecuada para nuestra tranquilidad. Teniendo todo ello en cuenta, los fabricantes de baños han logrado crear un “combinado” que incluye baño y plato de ducha en un mismo sistema cuyas características reúnen los beneficios de ambos elementos.
Si combinamos ambos…
Los combinados en el aseo, a partir de la fusión entre una bañera y un plato de ducha, contribuyen a la creación de un ambiente completo en nuestro aseo. Una de las grandes ventajas de este diseño es que la mampara de la ducha se puede abrir hacia fuera para poder disfrutar cómodamente de la bañera, si fuera ese el caso, y además cuenta con una pequeña puerta de cristal acoplada en el lateral de la bañera en caso de que queramos llenarla hasta el borde en un ansiado momento de relajación en casa. ¡Suena bien!
Beneficios de tener un baño
Los baños han cambiado bastante desde sus orígenes. Concebidos en la antigüedad como balnearios públicos con diferentes temperaturas, el baño ha pasado a ser un elemento relativamente frecuente en los espacios privados y, actualmente, está relacionado con el aseo personal y diario. Ahora bien, si tenemos un baño en casa conviene sacarle el máximo partido posible, como elemento de higiene diaria como templo de relajación cuando sea posible.
Esta ubicación, casi privilegiada en casa, es un lugar ideal para o bien recargar las pilas tras un día agotador en el trabajo o bien comenzar el fin de semana con un homenaje a nuestro ser. Lo cierto es que llevamos un ritmo frenético de vida y, en ocasiones, conviene parar y descansar, atendiendo a las necesidades de nuestro cuerpo físico. Una de las formas de lograr calma absoluta es llenando la bañera de agua templada y disfrutando de un rato a solas, con música de fondo si apetece, y dejando fluir los pensamientos. ¡Un plan ideal si buscamos un descanso!
Beneficios de tener un plato de ducha
El agua es una fuente de vida, en todos los sentidos. Además de ser recomendable la hidratación diaria con 2 litros de agua para mantener los niveles de oxigenación equilibrados en nuestro cuerpo, el agua también nos aporta energía y vitalidad en forma de ducha para comenzar el día. Es una disposición extra para empezar la jornada con buen pie, estando aseados y teniendo despejadas las ideas. Para ello, los platos de ducha son espacios ideales si buscamos un elemento básico para el uso cotidiano. Las duchas también nos aportan relajación, como ocurre en los baños, pero el formato es diferente; son de tiempos más cortos y ahorros más altos.
Cuando vayamos a disfrutar de una ducha, debemos tener en cuenta la temperatura del agua. Para potenciar los valores de una buena ducha, los especialistas aconsejan regular los grados durante el baño empezando por una agua templada y finalizando con agua fría porque aporta grandes beneficios a nuestro cuerpo. Entre las ventajas reconocidas, hidrata mejor el cabello y la piel, tonifica los músculos, endurece la epidermis cuando existe flacidez o celulitis y reduce notablemente la sensación de tensión o estrés de las personas.