Integrar la cocina y el salón es una tendencia decorativa cada vez más extendida para crear espacios compartidos y diáfanos. Se trata de una forma de ganar sensación de amplitud en viviendas pequeñas, pero también de compartir momentos con la familia o los amigos. En definitiva, de facilitar la fluidez entre la cocina y el salón, dejando a un lado las estancias cerradas. Por ello, desde Hotel Sevilla GreenSuites te ofrecemos las claves para que no falles en tu próxima misión. ¡Ten en cuenta estos consejos y disfruta de un nuevo espacio lleno de vida!
Ganar sensación de amplitud
Muchos son los que deciden llevar a cabo este replanteamiento de la vivienda cuando se enfrentan a una reforma y, otros, optan directamente por solicitar a la inmobiliaria esta característica en lugar de proceder al derribo de tabiques a posteriori. En cualquier caso, abrir los espacios para las zonas comunes permite ganar metros, tanto visual como útilmente. Esto ocurre de una forma especialmente notable en viviendas pequeñas, donde la excesiva compartimentación reduce su espacio útil.
Compartir momentos en familia
Sin paredes que separen las estancias, todos los momentos se comparten. La familia y los amigos se vuelven partícipes de todas las conversaciones que tengan lugar entre la cocina, el comedor y el salón y ello puede enriquecer mucho la unión entre todos los miembros. Gracias al contacto visual, sin tener obstáculos que impidan o dificulten la escucha o el habla, la comunicación será fluida y la practicidad en el día a día estará garantizada. Lo cierto es que gran parte del día que pasamos en casa, lo hacemos charlando o cocinando, por lo tanto…¿qué mejor forma de unir los momentos en familia para disfrutar del tiempo juntos?
Mantener una unidad estética homogénea
Derribar los tabiques de una casa implica que la estética y el orden sean indispensables para mantener la armonía en nuestro hogar. El estilo del mobiliario, tanto en el salón como en el comedor, deben mantener una consonancia estética que aluda a colores y materiales similares. Sin embargo, para dividir visualmente las distintas zonas de la casa, es recomendable organizar bien nuestro espacio. No es necesario colocar elementos divisorios, pero sí utilizar el mobiliario o el pavimento para marcar el inicio y el final de las áreas. Algunos ejemplos: Una isla en la cocina o una mesa de comedor podría funcionar muy bien como transición entre ambas zonas, al igual que el cambio entre un suelo y otro suelo podría delimitar otras áreas. Eso sí, tendrás que elegir materiales ignífugos e hidrófugos de calidad para evitar sorpresas con el paso del tiempo.
Aprovechar la iluminación natural
La luz natural es la aliada perfecta para crear espacios abiertos en casa. Si logramos un interior lleno de luminosidad, crearemos un ambiente alegre y confortable que nos hará sentir mejor en casa. Una implementación de este tipo también implicará distribuir y seleccionar bien los distintos puntos de luz, tanto naturales como artificiales. Tendremos que planificar su ubicación teniendo en cuenta que necesitaremos luces más potentes para iluminar el área de trabajo o la isla de la cocina, y otras más suaves para acompañar las zonas de estar o el comedor.
Por último, aunque no menos importante, a la hora de replantear una obra en una casa, es fundamental tener en cuenta el estilo de vida que nos caracteriza y la compatibilidad de éste con nuestra casa. Si analizamos los hábitos de nuestra familia en comparación con el tipo de casa que disponemos, ¡seguro que tomaremos la mejor decisión!