¡Ave César, los que van a visitar Itálica te saludan! Desplázate a Santiponce y disfruta de Itálica, una pequeña Roma a pocos minutos de Sevilla. Allí podrás conocer las ruinas de la antigua ciudad romana, el Monasterio de San Isidoro del Campo, así como el Museo Municipal de Fernando Marmolejo. ¿Te lo piensas perder?
Ruinas de Itálica
La ciudad romana de Itálica está ubicada en el Bajo Guadalquivir, a medio camino entre Sevilla (antes, Hispalis) y Alcalá del Río (antes, Ilipa Magna), donde actualmente se halla el municipio de Santiponce. Durante el Alto Imperio Romano, Itálica desempeñó un papel estratégico, tanto en el ámbito político-militar como en el ámbito económico, llegando a extenderse como prueba de ello a través de una superficie total de 54 hectáreas.
Los orígenes del conjunto arqueológico de Itálica se remontan al año 206 a.C., en el contexto histórico de la Segunda Guerra Púnica, cuando el general Publio Cornelio Escipión derrotó a los cartagineses en la Batalla de Ilipa y estableció un destacamento de legionarios en el Cerro de San Antonio, donde entonces residía una población turdetana desde el siglo IV a.C.
A pesar de que al principio ambas comunidades convivieron en este enclave cercano al río Guadalquivir, la sociedad romana comenzó progresivamente a implantar su modelo político y sus costumbres sociales al resto de la sociedad. En este sentido, Itálica ha sido cuna de emperadores como Trajano o Adriano, además de un punto de origen de una mayoría de los senadores de la época.
Actualmente, el Conjunto Arqueológico de Itálica ofrece al visitante un paseo por el increíble anfiteatro romano, cuya capacidad era de 25.000 espectadores, siendo uno de los mayores anfiteatros del imperio con tres niveles de gradas y un amplio foso en el cual se llevaban a cabo representaciones de los diferentes espectáculos de lucha de gladiadores y fieras.
Además de visitar el anfiteatro, también es posible recorrer a pie el que fuera el trazado de las calles de la ciudad romana y conocer las restos arqueológicos más destacados de Itálica, como son el Templo de Trajano y las conocidas como “termas mayores”. Durante la visita a la antigua ciudad romana, también se pueden conocer las casas, los edificios públicos, los objetos de arte y los utensilios del día a día cotidiano utilizados por sus antiguos habitantes.
Monasterio de San Isidoro del Campo
Fue fundado en el año 1301 por Alonso Pérez de Guzmán y María Alonso Coronel y está situado en un lugar cercano a las ruinas de Itálica ya que, según la tradición, es allí donde fue enterrado San Isidoro de Sevilla. Desde entonces, el Monasterio de San Isidoro del Campo ha estado bajo el mandato espiritual y gestor de diferentes órdenes religiosas, como son, los cistercienses y los ermitaños jerónimos, que han ido dejando a su paso una impronta personal y característica tanto en la construcción como en la decoración del recinto.
En este sentido, no fue hasta el año 1432 cuando los ermitaños jerónimos decidieron llevar a cabo una profunda reforma estructural en el monasterio que se vio reflejada directamente en el concepto de vida monacal y sutilmente en algunos aspectos decorativos. En este característico monasterio fortaleza, con una doble iglesia, se yuxtaponen el estilo gótico con el estilo mudéjar, a través del cual es totalmente visible la tradición almohade. Frente a la austeridad cisterciense, el monasterio jerónimo se decora con pinturas murales que conforman uno de los conjuntos más notables, artísticamente hablando, de toda España.
Con el paso de los siglos, el monasterio se fue ampliando y se fue enriqueciendo, llegando finalmente a disponer de una torre, una espadaña, cinco claustros y, unidas a las dependencias monacales, una hospedería y unas instalaciones agrícolas y ganaderas propias de estas instituciones que pretendían abastecerse de forma autosuficiente.
En la actualidad, el Monasterio de San Isidoro del Campo se puede conocer de forma gratuita en visitas de aproximadamente unos 45 minutos a excepción de los lunes, días en los que el monasterio permanece cerrado al público visitante.
Museo Municipal Fernando Marmolejo
Situado junto al Teatro Romano de Santiponce, el Museo Municipal de Santiponce Fernando Marmolejo presenta al visitante una amplia superficie de exposición en su planta baja, próxima a la entrada de acceso al museo, así como, una planta superior con tres salas diferentes, donde se muestran exposiciones temporales.
En este sentido, la colección permanente está compuesta por obras artísticas y arqueológicas procedentes de la donación entregada por el reconocido orfebre Fernando Marmolejo Camargo. Entre las muestras de arte más destacadas, se pueden visitar algunas reproducciones de antiguos tesoros arqueológicos encargados por el Ministerio de Cultura, como, por ejemplo, la Corona de Recesvinto, el Candelabro Tartésico de Lebrija o las llaves almohades de la ciudad de Sevilla.